El desarrollo que la humanidad ha vivido en los últimos siglos en el ámbito económico, industrial y social, ha dejado una huella negativa en el medio ambiente. Las consecuencias de la sobreexplotación de los recursos, el calentamiento global y el cambio climático son una realidad, por lo que es imprescindible que los Estados de todo el mundo tomen medidas enfocadas a garantizar la sostenibilidad ambiental.
La urgencia de revertir los daños causados al ecosistema requiere contar con profesionales capacitados para liderar ese cambio. Con títulos de cuarto nivel como la Maestría en Derecho Ambiental de la Universidad Europea en Ecuador, los abogados especializados en Derecho Ambiental tienen la responsabilidad de promulgar y hacer cumplir las leyes que protejan los ecosistemas.
De otro lado, quienes se formen con programas como la Maestría en Arquitectura Sostenible serán los encargados de encontrar las soluciones que nos permitan mantener un nivel de desarrollo sostenible en el planeta.
Las primeras referencias al concepto de sostenibilidad ambiental se dieron en 1987, en el marco de la Comisión Mundial sobre Medioambiente y Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas. Su definición de sostenibilidad ambiental apunta a que se trata de la “satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
La sostenibilidad ambiental implica un equilibrio entre el desarrollo económico y social, así como el cuidado y la protección de la naturaleza, para gestionar eficientemente los recursos naturales de los que disponemos, garantizando así que estos continúen para las generaciones futuras.
La toma de consciencia es el centro de la sostenibilidad ambiental, al hacer que las personas, sociedades, empresas e instituciones reconozcan y actúen sobre el impacto ambiental de sus actividades, pero también de los productos y servicios que producen o consumen.
Promover un desarrollo económico y social que no amenace ni degrade el medio ambiente, es el principal objetivo de esa toma de conciencia, de manera que no se comprometan los recursos naturales para las generaciones futuras.
Es así que las acciones de sostenibilidad ambiental se enfocan principalmente en el cuidado del agua, el uso de fuentes de energía renovables, la reducción del consumo de combustibles fósiles y el reciclaje, entre otras.
En este escenario podemos encontrar diferentes ejemplos de sostenibilidad ambiental:
La alimentación es una necesidad básica que se debe satisfacer sin empobrecer aún más el planeta, por lo que es necesario potenciar los cultivos sostenibles. La rotación de cultivos o el compostaje, por ejemplo, son acciones que ya ayudan a reponer los nutrientes de la tierra para que las plantas crezcan mejor y se evite el uso excesivo de fertilizantes químicos.
El agua es imprescindible para la existencia de los seres vivos, por lo que es fundamental usarla de manera responsable. Actos tan sencillos como cerrar bien las llaves, instalar dispositivos de ahorro o evitar cualquier fuga en las instalaciones, son algunos ejemplos de sostenibilidad ambiental de los que todos podemos participar. A nivel empresarial, la inclusión de técnicas más sostenibles en la industria textil para disminuir el consumo de agua en el proceso de teñido de la ropa es otro ejemplo que puede ayudar a preservar el medio ambiente.
Reducir el consumo de combustibles fósiles, optando por fuentes de energía más limpias, es uno de los principales fines de la sostenibilidad ambiental. Además de fomentar la cultura del ahorro energético e incentivar el uso compartido de vehículos, los Estados invierten en energías como la eólica, solar o geotérmica para disminuir la contaminación de la extracción y el uso de combustibles como el carbón y el petróleo.
El reciclaje es un excelente ejemplo de sostenibilidad ambiental que puede aplicarse en todos los niveles. Las personas pueden reciclar los residuos que generan o darles una segunda vida a productos que ya no usan, mientras las empresas pueden hacer parte de la economía circular reutilizando materias primas, como el papel, algodón, plástico o metal para crear sus productos y disminuir su huella ambiental. De esta forma, además de ahorrar recursos, también se reduce la contaminación atmosférica por las emisiones que suele generar la incineración de residuos.
¿Sabías que cerca del 8% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial son generados por el turismo? El ecoturismo, por su parte, promueve una forma de viajar sostenible al fomentar la visita de espacios naturales, el hospedaje en alojamientos sostenibles y la compra de productos de cercanía, que, al tiempo que contribuyen en no degradar el ambiente, también fortalecen la economía local.