
Uno de los mayores desafíos de la educación en el Ecuador es el del cierre de las instituciones educativas. En los últimos 12 años han sido cerrados o fusionados 11.442 centros educativos, lo que significa una disminución de 41,38 puntos porcentuales entre los periodos de 2009 a 2010 y 2021 a 2022.
El mayor número de cierre de instituciones educativas fue entre 2015 y 2016, cuando 4.692 centros educativos cerraron sus puertas. Esto según el informe ‘Estadística Educativa’ del Ministerio de Educación de la República del Ecuador.
Sin embargo, la época de la pandemia significó también un reto en este tema, ya que también fueron varias las instituciones que clausuraron su actividad. En 2020, el Ministerio de Educación identificó que 90 mil niños abandonaron sus estudios, y en la actualidad, se calcula que esta cifra supera los 200 mil. Este organismo gubernamental destinó para el 2022 un presupuesto de 2.812 millones de dólares. De estos, 574,4 millones son para el arreglo de infraestructuras, equipos y programas de asistencia.
El Ministerio de Educación del Ecuador ha sido enfático en asegurar que uno de sus objetivos es el de reintegrar a los niños que dejaron la escuela, al tiempo que garantizan su permanencia en el sistema educativo.
Para este y otros propósitos, será indispensable el liderazgo de los directores de centros educativos, que deberán diseñar estrategias desde la innovación para lograr que se subsanen los baches del sistema educativo nacional ecuatoriano.
El Ministerio de Educación del Ecuador determina que el perfil educativo de un directivo educativo debe contemplar los siguientes requisitos (https://educacion.gob.ec/el-perfil-del-directivo-educativo/):
Los requisitos que plantea el Ministerio son los de planear y llevar a la realidad el Proyecto Educativo Institucional (PEI), motivar a los miembros de la comunidad educativa, que el liderazgo que se lleve a cabo sea compartido y flexible, y, por último, desarrollar un sistema de gestión de la información, evaluación y rendición social de cuentas.
Para este propósito se requiere que cada currículo se adecúe e implemente de manera adecuada; gestionar la implementación de los planes y programas educativos, además de garantizar de que estos sean de calidad. Asimismo, se busca liderar la organización del trabajo y el desarrollo profesional de los docentes, así como las otras personas que intervienen en el proceso educativo.
Se deben dar las condiciones en la institución para que el personal pueda tener un desarrollo integral. Es preciso que haya un control de gastos y se gestione el cómo se obtienen los recursos, además de su distribución. De igual manera, los recursos deben cuidarse, tanto en su uso como en su mantenimiento; mientras que quienes trabajen en el centro educativo deben demostrar una sólida solución profesional.
Esto se cumple con la garantía del respeto, la cultura de paz y el cumplimiento del PEI; se debe promover la identidad nacional y ciudadana, además de fortalecer los lazos que se tejen dentro de la comunidad educativa.
Sumado a los requisitos previos, el perfil educativo de un director educativo debe contemplar los siguientes:
Lo cierto es que para llegar a ser un buen director escolar, además de contar con experiencia y la formación específica adecuada, como la que ofrecemos en la Maestría en Gestión Educativa online de la Universidad Europea en Ecuador, resulta necesario poseer una serie de cualidades personales.
Algunas de estas aptitudes son:
En definitiva, experiencia, formación y habilidades, todo en su conjunto, resultan de gran ayuda a la hora asumir adecuadamente las funciones que implican la dirección y gestión de un centro educativo.