
Un proceso fundamental en el crecimiento humano es el del desarrollo infantil, que abarca áreas distintas como las habilidades físicas, el desarrollo emocional y social, y el aprendizaje cognitivo y del lenguaje. Estas son dimensiones que están interconectadas desde el nacimiento hasta la adolescencia, moldeando las capacidades de los niños para que puedan enfrentar los desafíos de la vida. La comprensión de este proceso es clave para apoyar su formación integral y fomentar un crecimiento equilibrado.
Los profesionales interesados en profundizar de manera práctica en el estudio de este proceso, entendiendo que lo que ocurre en el primer periodo de la infancia es determinante para las etapas posteriores, pueden formarse con la Maestría en Estimulación Temprana de la Universidad Europea en Ecuador, lo que les permitirá contar con las herramientas necesarias para guiar los procesos de desarrollo infantil.
El desarrollo infantil se entiende como ese conjunto de cambios que les permiten a los niños adquirir habilidades físicas, sociales, cognitivas y de educación emocional. En los primeros cinco años de vida, este proceso es más acelerado ya que es cuando se consolidan capacidades fundamentales como caminar, hablar, socializar y gestionar emociones.
Para poder comprender en qué consiste este proceso, es importante que se analicen las áreas que lo conforman:
Uno de los principales referentes en el estudio del desarrollo infantil es el psicólogo suizo Jean Piaget. Su teoría apunta a que los niños actúan como pequeños científicos, capaces de explorar su entorno a través del juego, la experimentación y la observación. Estos son procesos que les permite construir nuevos conocimientos sobre la base de los que ya poseen, adaptando y reorganizando sus ideas a medida que se enfrentan a situaciones nuevas.
Piaget destacó que las distintas etapas del desarrollo cognitivo están ligadas de forma estrecha a cómo los niños entienden el mundo e interactúan con él. Un ejemplo de ello es que un bebé comienza explorando objetos con las manos, mientras que un niño mayor puede resolver problemas simples mediante el razonamiento lógico. El trabajo de este psicólogo subraya la importancia de observar y apoyar estas áreas, con el fin de garantizar un crecimiento armonioso.
Uno de los aspectos determinantes es entender que el desarrollo infantil no ocurre de manera aislada, sino que está influenciado por el entorno familiar, educativo y social. La interacción con cuidadores afectuosos, así como con un entorno educativo estimulante son factores clave que fomentan un crecimiento saludable, por ejemplo.
Se trata entonces de un proceso que está estrechamente ligado con la educación y la pedagogía, en tanto que estos son campos que trabajan de manera conjunta para diseñar estrategias que potencien el desarrollo de los niños en todas sus dimensiones.
El desarrollo infantil incluye diferentes etapas, clasificadas según las habilidades que los niños adquieren en cada área:
Esta etapa está relacionada con el aprendizaje, el razonamiento y la memoria. En ella, los niños comienzan a explorar el mundo a través de sus sentidos y van progresando hacia habilidades más complejas como pueden ser las de clasificar objetos o resolver problemas simples.
Se refiere a la capacidad de formar relaciones y de gestionar emociones. Los niños establecen vínculos emocionales, desde las primeras semanas, que se van consolidando con el tiempo.
Esta es la etapa que incluye tanto el lenguaje verbal como el no verbal. Los niños desarrollan habilidades para comunicarse a través de sonidos, palabras y gestos.
Este incluye el crecimiento corporal y la adquisición de habilidades motoras. Se divide en:
Habilidades motoras finas: es decir el uso de músculos pequeños, empleados en actividades como el manejo de tijeras o dibujar.
Habilidades motoras gruesas: se refiere a movimientos más amplios, como correr o mantener el equilibrio.
La importancia de detectar signos y tratar problemas a tiempo es que esto puede marcar la diferencia en el futuro desarrollo de un niño, permitiéndole o impidiéndole, alcanzar su máximo potencial.
Sumado a esto, los especialistas en desarrollo infantil ayudan a construir una sociedad más incluyente y empática, especialmente al trabajar en áreas como la educación inclusiva y la salud mental infantil. Poder entender el desarrollo infantil es fundamental para apoyar a los niños en su crecimiento, así como en la construcción de un futuro pleno. Las etapas descritas son cruciales para identificar hitos y posibles dificultades, lo que posibilita intervenciones oportunas y efectivas.
Especializarse en este campo, además de contribuir a mejorar las oportunidades de los niños, también impacta de forma significativa en la sociedad. Con la Maestría en Psicopedagogía aprenderás a diseñar planes de intervención efectivos, además de colaborar con profesores y familias, para acompañar procesos determinantes como son el del desarrollo infantil.