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El origen del derecho administrativo puede observarse desde la época del Imperio Romano. En esos tiempos, las primeras instituciones de poder político-público hicieron ver la necesidad de establecer leyes y normas cuyo cumplimiento por parte de los gobiernos sirviera para regular las relaciones entre la Administración y los ciudadanos.
Sin embargo, el concepto jurídico de “derecho administrativo” surgió a raíz de la Revolución Francesa. Desde este acontecimiento histórico, las reglas de gobierno y el respeto a los derechos de las personas fueron algo de obligatorio cumplimiento, no solo para quienes gobernaban, sino también para los gobernados.
“Aquella parte del derecho público interno que determina la organización y comportamiento de la Administración, disciplinando sus relaciones jurídicas con el administrado”, se conoce como derecho administrativo, según indica la Enciclopedia Jurídica.
Se trata de una rama del derecho público que regula la actividad, actuación y organización de la Administración Pública, sumado a su interacción con los ciudadanos. Esto se traduce en que es un pilar esencial en todo Estado de Derecho, al tiempo que responde tanto a las normas del derecho privado como del derecho público, que se aplican a la Administración para determinar su gestión de los servicios públicos y la relación que mantiene con los ciudadanos.
El derecho administrativo regula al mismo tiempo la actividad de la Administración Pública y las relaciones existentes entre ella y los particulares. De hecho, la existencia de este tipo de abogado es fundamental en la protección de los derechos de los ciudadanos frente a cualquier actuación o injerencia de los poderes públicos. Esto debido a que, en última instancia, el derecho administrativo tutela y garantiza los intereses generales de las personas, así como la protección de sus derechos.
Esta rama del derecho también está encargada de establecer los órganos e instituciones mediante los que actuará la Administración Pública, y que van desde los servicios centrales hasta los organismos autónomos dependientes de otras instituciones, incluyendo las Administraciones locales, los Consejos de Ministros o las empresas públicas.
En tanto que la mayoría de esas entidades tienen poderes mayores a los de los particulares, el derecho administrativo tiene la gran responsabilidad de acotar sus potestades públicas y sus medios de actuación.
El derecho administrativo se nutre de numerosas fuentes para regular la actividad de las Administraciones. Estas van desde la Constitución hasta los tratados internacionales, pasando obviamente por las leyes o los decretos-leyes y legislativos que emanan del Gobierno. Sin embargo, también encuentra sus bases en los principios generales del Derecho.
De hecho, la doctrina establece que el derecho administrativo tiene que regirse por el principio de legalidad, de manera que la Administración está en la obligación de respetar las leyes vigentes en todo momento, sin desviarse de ellas. Serán los tribunales los principales encargados de asegurar su cumplimiento.
De otro lado, el derecho administrativo también se supedita al principio del interés general, el que establece que cualquier actividad administrativa debe tener como fin principal prevalecer el bien común, así como priorizar el interés colectivo sobre los intereses individuales.
Sumado a esto, debe aplicar el principio de imparcialidad, que obliga a la Administración a garantizar los derechos de todas las personas, sin que se aplique distinciones que puedan conducir a situaciones de discriminación.
Además, el derecho administrativo se subordina también a los principios de economía y eficacia, que indican que la Administración debe decidir con la mayor agilidad posible, en el menor plazo, asegurándose de que los procedimientos administrativos que se han establecido sean fluidos y no presenten obstáculos formales que puedan afectar su propósito y eficacia.
En pocas palabras, el derecho administrativo es una rama amplia y cambiante, por lo que quien se quiera dedicar a esta rama del Derecho debe mantenerse actualizado en todo momento. Si estás interesado en seguir avanzando en tu carrera profesional para después especializarte, puedes cursar uno de nuestros posgrados oficiales: