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Ataques cibernéticos: definición, tipos y ejemplos

11 de Noviembre de 2025
ordenador portátil protegido de ataques informáticos

Vivimos en una sociedad digitalmente interconectada, donde los ataques cibernéticos representan una constante amenaza para las empresas y los usuarios, debido a que se ponen en riesgo datos sensibles, la privacidad de las personas y la integridad de los sistemas. Para hacerle frente a este desafío, una de las herramientas clave es la formación en ciberseguridad y ciencia de datos.

En este artículo analizaremos los tipos más comunes de ataques cibernéticos, así como las mejores maneras de prevenirlos.

¿Qué son los ataques cibernéticos?

¿Te has preguntado qué hace vulnerables a los sistemas digitales ante estos ataques? los ataques cibernéticos se definen como aquellos intentos de explotar las vulnerabilidades de los sistemas digitales, con el objetivo de obtener beneficios económicos, destruir información valiosa, robar secretos industriales o interrumpir servicios que son esenciales. Estos pueden estar dirigidos a individuos, empresas, instituciones gubernamentales o infraestructuras críticas, entre las que están los hospitales, servicios financieros, redes de transporte, entre otros.

Para llevar a cabo estos ataques, los criminales digitales recurren a distintas técnicas, que van desde el aprovechamiento de contraseñas débiles hasta sofisticados métodos de manipulación y software malicioso. Pero, ¿cuáles son exactamente estos ataques y cómo operan?

Tipos de ataques cibernéticos

Existen distintos tipos de ataques cibernéticos, cada uno con métodos y objetivos diferentes. Conocerlos permite identificar amenazas y proteger mejor la información.

Malware

Software malicioso diseñado para dañar, espiar o tomar control de sistemas. Estos son algunos ejemplos:

  • Ransomware: el ransomware es un tipo de malware que bloquea el acceso a los sistemas o archivos de la víctima hasta que se paga un rescate. Puede cifrar documentos, bases de datos y aplicaciones críticas, dejando a empresas y usuarios sin posibilidad de acceder a su información. Este tipo de ataque puede paralizar operaciones completas y generar pérdidas económicas y de reputación muy grandes
  • Spyware: el spyware es un software malicioso instalado sin el consentimiento del usuario que espía sus actividades. Puede registrar las teclas que se presionan, hacer capturas de pantalla o rastrear los hábitos de navegación. Su objetivo es recopilar información confidencial, como contraseñas, datos bancarios o información personal, que luego se envía al atacante
  • Keylogger: los keyloggers son programas diseñados para registrar las pulsaciones del teclado de un usuario. De esta manera, los ciberdelincuentes pueden obtener contraseñas, números de tarjetas de crédito o mensajes privados sin que la víctima lo note. A menudo se instalan junto con otro malware o mediante correos de phishing

Ataques de red

Buscan interceptar, interrumpir o manipular el tráfico entre sistemas conectados. Entre los ejemplos están:

  • Ataques Man-in-the-Middle (MITM): este tipo de ataque se caracteriza porque el atacante se interpone en la comunicación entre dos usuarios o sistemas sin que ellos lo sepan. De esta forma, puede espiar, modificar o incluso suplantar los mensajes que se envían. Es común en redes Wi-Fi públicas o no seguras, donde los delincuentes aprovechan la falta de cifrado para robar datos personales o credenciales de acceso
  • Pharming: el pharming redirige el tráfico de un sitio web legítimo hacia uno falso creado por los atacantes. El usuario cree estar accediendo a la página real (por ejemplo, la de su banco), pero en realidad está introduciendo sus datos en un sitio fraudulento. Este ataque suele lograrse mediante la manipulación del sistema DNS o del archivo de hosts del dispositivo
  • DNS Spoofing: en este ataque, los ciberdelincuentes alteran la resolución de nombres de dominio para redirigir a los usuarios a sitios web falsos o maliciosos. Por ejemplo, cuando alguien intenta acceder a una página legítima, el ataque lo lleva a una versión clonada creada para robar información o instalar malware

Explotación de código

Aprovechan vulnerabilidades en software o aplicaciones para ejecutar código malicioso o acceder sin autorización. Algunos ejemplos clave:

  • SQL injection: este ciberataque consiste en insertar código malicioso dentro de los formularios de entrada o campos de una aplicación web que interactúan con bases de datos. Si la aplicación no valida correctamente los datos introducidos, el atacante puede acceder, modificar o eliminar información sensible, como credenciales de usuarios o datos financieros
  • Buffer Overflow: ocurre cuando un programa intenta escribir más datos en un área de memoria de la que tiene asignada. Esto provoca que la información “desborde” hacia otras zonas de memoria, permitiendo al atacante ejecutar código arbitrario o tomar control del sistema. Es un fallo clásico pero aún muy explotado cuando no se aplican medidas de seguridad adecuadas
  • Zero-day exploits: los ataques zero-day aprovechan vulnerabilidades desconocidas por los desarrolladores del software, por lo que no existe un parche o actualización que las corrija. Estos ataques son especialmente peligrosos porque se ejecutan antes de que las empresas afectadas puedan reaccionar o protegerse

¿Qué consecuencias puede generar un ataque cibernético?

Un ataque cibernético puede generar una amplia variedad de consecuencias, dependiendo de su tipo, alcance y el objetivo afectado. Veamos algunos ejemplos claros:

1. Consecuencias económicas

  • Pérdidas financieras directas: pagos de rescates (ransomware) o fraudes electrónicos
  • Costos de recuperación: reparación de sistemas, contratación de especialistas en ciberseguridad y restauración de backups
  • Pérdida de ingresos: interrupción de servicios, caída de e-commerce o plataformas críticas

2. Consecuencias operativas

  • Interrupción de servicios: sistemas bloqueados, sitios web inaccesibles o redes locales caídas
  • Retrasos en procesos internos: especialmente en negocios que dependen de servicios digitales, como comercios electrónicos, bancos o instituciones gubernamentales
  • Dificultad para recuperación: si los backups están cifrados o comprometidos, restaurar operaciones puede tomar días o semanas

3. Consecuencias legales y regulatorias

  • Sanciones legales: incumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales.
  • Obligación de notificación: los incidentes que involucren datos personales deben ser reportados a la autoridad competente.
  • Sanciones y medidas correctivas: pueden incluir multas, auditorías obligatorias y la implementación de medidas de seguridad adicionales.

4. Consecuencias reputacionales

  • Pérdida de confianza: clientes y socios pueden dudar de la seguridad de la empresa.
  • Impacto en la imagen pública: las noticias sobre filtraciones de datos o interrupciones de servicios afectan la percepción de la marca.
  • Dificultad para atraer nuevos clientes: la reputación digital es clave para la competitividad local.

5. Consecuencias técnicas y de información

  • Robo de datos sensibles: contraseñas, información financiera o datos personales de clientes ecuatorianos.
  • Alteración de información: modificación o destrucción de archivos críticos.
  • Acceso prolongado de atacantes: en ataques sofisticados, los delincuentes pueden permanecer sin ser detectados durante semanas o meses.

Un ataque cibernético no solo afecta los sistemas, sino que puede tener un impacto económico, operativo, legal, reputacional y técnico. Por eso, prevenirlo y reaccionar rápidamente es crucial para minimizar daños.

¿De qué manera prevenir los ataques cibernéticos? 8 claves

La clave para minimizar el riesgo de ser víctima de un ataque cibernético es la prevención. Algunas medidas generales son:

1. Conciencia y capacitación

  • Capacitar a empleados y usuarios sobre phishing, correos sospechosos y buenas prácticas digitales.
  • Realizar simulaciones periódicas de ataques para que el personal reconozca riesgos reales.

2. Autenticación segura

  • Implementar contraseñas fuertes y únicas para cada servicio.
  • Activar autenticación multifactor (MFA) en sistemas críticos, correos electrónicos y plataformas de pago.

3. Actualización constante

  • Mantener sistemas operativos, software y aplicaciones siempre actualizados con los últimos parches de seguridad.
  • Aplicar actualizaciones de firmware en routers, servidores y dispositivos de red.

4. Respaldo de información

  • Realizar copias de seguridad periódicas de datos críticos, tanto locales como en la nube.
  • Verificar que los backups sean independientes del sistema principal, de modo que no puedan ser afectados por ransomware u otros ataques.

5. Protección de redes y dispositivos

  • Usar firewalls, antivirus y soluciones de seguridad endpoint confiables.
  • Evitar redes Wi-Fi públicas no seguras y utilizar VPN en caso de conexiones externas.
  • Configurar segmentación de redes para limitar el impacto de un posible ataque.

6. Gestión de acceso

  • Aplicar el principio del menor privilegio, dando a cada usuario solo los permisos necesarios.
  • Revisar periódicamente cuentas y accesos, eliminando los innecesarios o inactivos.

7. Monitorización y detección temprana

  • Implementar sistemas de detección de intrusos (IDS/IPS) y monitoreo de logs para identificar actividad sospechosa.
  • Contar con un plan de respuesta a incidentes para reaccionar de manera rápida ante cualquier ataque.

8. Protección de datos y cumplimiento

  • Cifrar información sensible, tanto en tránsito como en reposo.
  • Garantizar el cumplimiento de normativas de protección de datos, para minimizar riesgos legales.

¿Cómo ser especialista en prevención de ataques cibernéticos?

Si ya cuentas con una carrera en tecnología, informática, telecomunicaciones, derecho, administración o seguridad, luego puedes especializarte con maestrías de la Universidad Europea en Ecuador.

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  • La protección de datos es un área en constante crecimiento, debido a la necesidad de resguardar información sensible. La Maestría en Protección de Datos Personales te proporciona las herramientas para comprender los aspectos legales y normativos relacionados con la gestión de datos, permitiéndote implementar políticas y controles efectivos en cualquier tipo de organización.
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En resumen, estos programas de cuarto nivel te preparan para enfrentar los desafíos de la seguridad informática, abriendo oportunidades en sectores estratégicos como la banca, la sanidad, la industria tecnológica y la administración pública.